Vueltos al campo alto y con una aclimatación a la altura excelente, escalamos el día 13 el Yeguas Muertas, nuevamente los seis miembros de la expedición. La labor estaba cumplida, pero la empinada cumbre, vecina al Cuerno Blanco había hechizado a Kunstmann, quien logró después de algunos ruegos convencer a Hasenberg que volvieran a subir el Cuerno Blanco, bajaran por el otro lado e intentaran la ascensión. Como aún teníamos un día antes del programado para el regreso, así lo hicimos. ¡Por lo tanto los que lleguen creyendo hacer la segunda al Cuerno harán la tercera!