Libro de cumbre
Muy de madrugada abandonamos el campamento y aprovechan¬do el terreno más firme de una colada de lava reiniciamos la ascensión. Nos deleitábamos con las variadas formas de las rocas que encontrábamos en el camino. A unos 300 metros de la cumbre encontramos leña, lo que si bien nos lleno de entusiasmo presagiando alguna construcción similar de la encontrada en el Pili, también fue un pretexto para saborear un nuevo y apetitoso tarro de duraznos. Alrededor de la 1:30 de la tarde alcanzamos una de las cumbres que rodean el gran cráter, en cuyo centro existe una pequeña laguna congelada. La visión del Pili era espléndida, desde este punto situado a 10 km de distancia. Naturalmente y como es normal en estos casos nos pareció que la cumbre ascendida era levemente inferior en altu