Presentación

El Espinazo del Diablo es una montaña de forma piramidal que bordea los 4000m, que si bien es posible de observar desde casi todo el valle del Aconcagua, suele confundirse con los contrafuertes y glaciares del Yeguas Heladas.

Se encuentra enclavado cerca del pueblo de Río Blanco, lugar donde se ha concentrado por décadas una gran actividad de montaña, principalmente por andinistas de la V región. En sus alrededores se alzan cumbres y senderos que por muchos años han sido considerados como clásicos y rutas de iniciación para aquellos montañistas provenientes del valle del Aconcagua, siendo montañas como la Muela del Diablo, Matancilla y Nido de Condor, verdaderos íconos del sector. Frente al pueblo y sobre la ribera opuesta del río Blanco, se emplaza la Escuela de Alta Montaña del Ejército, fundada en 1954 bajo la inspiración de la Scuola Militare Alpina, con sede en el valle italiano de Aosta. Dentro del marco de los distintos cursos e instrucciones impartidas, los oficiales y suboficiales que allí reciben entrenamiento realizan con frecuencia ascensos a las montañas circundantes, siendo constantes visitantes de estos parajes.

Constituye parte del cordón que separa el cajón del río de Los Leones por el sur, del estero de las Polvaredas por el norte. Este se inicia en el poniente con el Espinazo del Diablo, para continuar hacia el oriente pasando por el Codo Flojo, Punta Perdida y rematando en el Yeguas Heladas.

Su cara suroeste desciende suavemente hacia el pueblo minero de Saladillo, hogar de buena parte de los trabajadores de la División Andina de Codelco durante las décadas de los 80 y 90, y que actualmente se encuentra prácticamente abandonado. Si bien la ruta por esta cara fue visitada regularmente hasta hace algunos años atrás, actualmente resulta impracticable debido a las restricciones de tránsito impuestas por esta empresa. Su cara noreste cae abruptamente hacia el cajón del estero de las Polvaredas, el cual a pesar de su fácil y libre acceso es raramente visitado por montañistas y excursionistas, por lo que las numerosas cumbres existentes en el sector conocen muy pocos ascensos. Alcanzar su cumbre desde este valle no es tarea sencilla; la fuerte pendiente, abundante caída de material e inexistencia de una ruta clara y evidente hasta su cumbre, han hecho que hasta la fecha sólo se conozca un intento exitoso de ascenso por esta vertiente. Se trata de la ascensión de 1992 realizada por el grupo formado por Eduardo Rivera, Helvio Soto, Marcos Espinoza y Rodolfo Garland cuando alcanzaron la cumbre en un segundo intento desde el valle de Polvaredas.

El origen de su nombre, presumiblemente, se podría asociar a la historia del sector, donde los arrieros han bautizado varias cumbres con nombres asociados al demonio, tales como la Muela del Diablo y el cerro del Diablo, este último ubicado en los inicios del cajón de Riecillos. Las circunstancias de su primer ascenso se desconocen.

Referencia

• San Román, Gastón. Historia del Andinismo en Chile. Autoedición, 1989, (pág 58).