Presentación

"Que todo valle sea elevado, y todo monte rebajado"
Isaías 40:4

El valle del glaciar Mesoncito, que lleva a los pies del cerro Mohai y a otras muchas cumbres poco visitadas, no parece tal, porque desde su entrada, desde donde sale estruendoso entre las breñas escarpadas el estero Mesoncito, no parece sino la continuación del cerro Arenas hacia el Este. El valle quiso alcanzar las cimeras vecinas, y por poco lo consigue, escondiendo detrás un misterioso reducto de cerros abandonados por los montañistas, tales como el cerro Camanchaca, Freile, Punta Equivocados, Punta Veleta, Mohai, Punta Brasil, Morro Escondido, Punta Chile y tantos otros. Para conocer estos cerros entonces, se requiere recorrer un corto pero muy inclinado valle en la primera parte. Esperamos contar con la explicación de un glaciólogo o geólogo al respecto; conocer la historia del valle del Mesoncito, que con su extraño levantamiento en el comienzo confunde a muchos.

El cerro Mohai es tal vez el cerro menos complicado del valle, porque los demás son escarpados filos de roca que exigen cuidado y oficio técnico, a excepción de la Punta Veleta. El Mohai está cubierto de nieve y hielo desde su base, sin contar la cumbre y algunos sistemas de farellones que se descubren en verano, y por lo mismo, no exige el conocimiento en roca que los demás. Desde su cumbre se tiene la mejor vista al cerro Marmolejo y todo el valle homónimo. Cubierto ocasionalmente de nubes pasajeras que provienen del Volcán San José, que cubren místicamente el valle (tal vez de ahí viene el nombre del cerro Camanchaca), el Mohai aparece como el más acogedor.

El recorrido por el valle inclinado ya merece la pena.

Sobre el curioso nombre del cerro, archivos encontrados en la Federación de Andinismo delatan lo siguiente: ..."subieron el cerro creyendo que se trataba de otro". En el testimonio de cumbre que dejaron reza: "En vista de no haber encontrado nada en la cumbre, lo bautizamos "por siaca (sic)" como cerro Mohai", haciendo mención a la forma del torreón de roca de la cumbre.

El equipo editorial de Andeshandbook publica de preferencia cerros que tienen una prominencia de, al menos, 100m y en el caso de algunas agujas rocosas 50m (1 largo de cuerda). Sin embargo, existen excepciones para cerros con una prominencia menor, originadas por cumplir  con una o varias de las siguientes condiciones:

1. Historia: Esto quiere decir que existen antecedentes anteriores a la fecha de la publicación del cerro en los cuales se habla de él. Usualmente son aceptados como cerros, nombres mencionados en publicaciones de cierto reconocimiento. Dentro de estas últimas podemos mencionar: anuarios de la Feach, publicaciones del American Alpine Journal, guías de cerros de Jozsef Ambrus e Iván Vigouroux, libros sobre la historia del montañismo de Gastón San Román, Evelio Echevarría y Louis Lliboutry, revistas de clubes de montaña como el DAV y el CACH, cartas topográficas del IGM, etc. El que estas publicaciones sean usualmente aceptadas no quiere decir que no pueden tener algún error.
2. Tradición: Se refiere a que el cerro es conocido por los lugareños y/o los visitantes de la zona en que se encuentra. Su nombre es de uso común. También caen dentro de esta categoría cerros que sin tener gran prominencia son ascendidos de forma habitual por la comunidad y, por lo tanto, sus cumbres son reconocidas por ella.
3. Posición geográfica especial: Cerros cabecera de valle que vistos desde diferentes puntos dan la impresión de tener una prominencia importante y que por esta razón se han hecho conocidos.

El cerro Mohai ha sido publicado por cumplir con la primera de estas condiciones.