Ficha Resumen

Información general

Cerro Altar Falso

Acceso con restricciones

Ubicación: Chile, Región Metropolitana

Sector: Santuario de Yerba Loca

Ciudad más cercana: Santiago

Altitud:

4549 m. IGM

Año Primera ascensión: 1948

Primeros ascensionistas:

L. Ladrón de Guevara (CL), L. Orozco (CL) y G. Otero (CL) (7 de marzo)

Coordenadas:

Lat: -33° 12' 24.1" (WGS 84)
Lon: -70° 15' 29.2"

Rutas

Ruta

Dificultad

Montaña

Cerro Altar Falso (4549 m.)

Primer colaborador: Paulo Cox

Rutas: Canalón suroeste

Publicado el 12/12/2005

Presentación

Nombre poco afortunado para una de las cumbres más interesantes del sector. Aunque es cierto que desde el comienzo del valle del estero Yerba Loca este cerro se confunde con el cerro Altar, que se ubica detrás, el adjetivo no deja de ser peyorativo. Lamentablemente, al internarse por el valle de Yerba Loca lo suficiente como para percatarse de que se trata de un cerro distinto que el Altar, es difícil contemplar su impresionante cara sur completamente y dignificarlo con un nombre mejor.

Existen dos rutas principales de ascenso: la ruta normal y la ruta Buracchio-Huidobro. La ruta normal rodea la base del cerro hasta alcanzar la base de su ladera norte, para luego ascenderla siguiendo largos acarreos hasta la cumbre. La ruta Buracchio-Huidobro, llamada así en honor a sus primeros ascensionistas, Christian Buracchio y Cristián García-Huidobro, discurre por el canalón principal de la pared sur, debiendo sortear dos cascadas de hielo que dividen la ruta en tres secciones claramente distinguibles. La cordada "Los Cristianes" ascendió esta ruta en enero de 1992 (9 de enero), como preparación para la expedición chilena al Everest, realizada el mismo año.

Una ruta alternativa es la "Canalón suroeste", recientemente realizada por Elvis Acevedo y Fernando Fainberg (septiembre del 2005). Esta consiste en ascender un largo canalón de nieve que asciende en dirección suroeste-noreste.

 

Referencia

  • Otero, Guillermo. Primera Ascensión al Cerro Altar Falso 4.650 metros. Revista Andina N°61, 1948 (pág. 31-32)