Introduction

El cerro Cabeza del Inca es una atractiva montaña que se alza contigua al centro de esquí Portillo, inmediatamente sobre el margen sur de la carretera internacional que une Argentina y Chile por el paso Los Libertadores. Su espigada forma piramidal compone junto a los cerros Tres Hermanos (4751m), Caracoles (4465m), Ojos de Agua (4222m) y la laguna del Inca, uno de los parajes cordilleranos más hermosos de Los Andes centrales de Chile.

Hacia el Sur y al Oeste, la montaña es acotada por la quebrada Barros Negros, que tributa sus aguas al río Juncal; mientras que hacia el Este, se levanta una serie de cumbres poco consideradas, a excepción del cerro Santa Elena (4595m), que alberga la mayor cantidad de visitas del sector. En verano, sus hermosas canaletas septentrionales pierden sus nieves completamente nutriendo las aguas del río Juncalillo.

El sector cumbrero es caracterizado por tres picachos rocosos que se levantan sobre sus extremos de este a oeste llamados "La Pera", "La Nariz" y "La Frente" o "Penacho", respectivamente, siendo el primero de ellos la verdadera cumbre. Sin embargo, la mayoría de las visitas que alberga la montaña terminan por alcanzar la falsa cima oeste, sin conectar con la cumbre verdadera, cuya primera ascensión fue realizada el 12 de diciembre de 1976 por Eduardo Godoy y Gastón Muga.

En cuanto al origen de su nombre, el notable historiador y andinista Evelio Echevarría, señala que proviene de la forma de la montaña, que asemeja la silueta de una cabeza de perfil inclinada hacia atrás. La leyenda cuenta que en este cerro yace un curaca (*), que vigila la tierra de sus antepasados desde su cumbre. Un día al año su perfil se refleja en la laguna en forma vertical, puediendo entonces ver el inca en el fondo de ella.

Famosa también en la cultura andina es la leyenda de la laguna del Inca. Ésta señala que el inca Illi Yupanqui estaba enamorado de la princesa Kora-llé, la mujer más hermosa del imperio. Ambos decidieron casarse y escogieron como lugar de la boda una cumbre ubicada a orillas de una clara laguna. Mientras la princesa cumplía con un rito matrimonial cayó al vacío pereciendo en el acto. Angustiado y lleno de tristeza, el príncipe decidió que Kora-llé merecía un sepulcro único, por lo que hizo que el cuerpo de la princesa fuera depositado en las profundidades de la laguna. Cuando Kora-llé llegó a las profundidades envuelta en blancos linos, el agua mágicamente tomó un color esmeralda, el mismo de los ojos de la princesa. Se dice que desde ese día la laguna del Inca está encantada. Incluso hay quienes aseguran que en ciertas noches de plenilunio el alma de Illi Yupanqui vaga por la quieta superficie de la laguna emitiendo tristes lamentos.

Nota
(*) El curaca era el jefe político y administrativo del ayllu andino. Luego de la Conquista pasaron a ser conocidos como caciques.

Referencias

• Echevarria, Evelio (1988). Leyendas de los Andes de Chile. Arancibia Hnos. y cía. (pág.61)
• Icarito
• Wikipedia