Summary
General Information
Cerro Risopatrón
Acceso libre
Location: Chile, Región Metropolitana
Argentina, Provincia de Mendoza
Area: Cordillera Ferrosa
Nearest city: Santiago
Altitude:
5720 m. IGM
Year First ascent: 1935
First ascent:
Sebastian Krückel, Otto Pfenniger y Karl Walz (DE-CL)
Geographic position:
Lat: -33° 9' 6.3" (WGS 84)
Lon: -70° 3' 51.8"
Alta Montaña
Routes
Summit Book
Last Update
Posted on 05/01/2009
Updated at 25/10/2021
El Risopatrón, o Riso Patrón - como se escribía el nombre originalmente -, es otra de las montañas de los Andes centrales de Chile que cae dentro de la categoría de los grandes desconocidos. Ubicado en una zona de fuerte glaciación, al sur del Nevado del Plomo (6070m), separado de éste por los aún más desconocidos Nevado del Rincón (5553m) y la Punta Sin nombre, de 5556m, y justo al norte del cerro Tronco (5567m) y al este del glaciar homónimo, es una montaña raramente visitada, probablemente porque no alcanza la cota de los 6000m y por su larga y difícil aproximación.
El origen del nombre es reciente, lo que es consistente con la poca información que se tenía del cerro. En efecto, en la antigua carta de Reichert, donde aparece por primera vez identificada su cumbre, el Risopatrón es señalado como “Cerro sin Nombre, 5750m”. Más tarde, ésta omisión y otros errores aparecidos en otras cartas, serían rectificados cuando el cerro es finalmente bautizado por Sebastian Krückel como Risopatrón, en honor al geógrafo y explorador Luis Risopatrón, quien en la década de 1920 publicó su Diccionario Geográfico de Chile. El historiador Manuel Abascal fue quien le sugirió el nombre a Krückel, reparando así el poco reconocimiento que se le había hecho hasta entonces a quien tanto había hecho por la geografía chilena. Es en la carta de Klatt y Fickenscher, de 1935, donde aparece esta montaña por primera vez nombrada con este nombre. Con todo, y a pesar de esta reparación, el Risopatrón todavía no conquista la fama que merece.
La primera ascensión del Risopatrón fue conseguida por los montañistas chileno-alemanes del DAV de Santiago, Sebastian Krückel, Otto Pfenniger y Karl Walz, en 1935. Para realizar esta hazaña el grupo llegó a la base de la montaña subiendo por el flanco este del Gran Salto del Olivares, tarea que les tomó un par de días y que constituye el primer ascenso deportivo por esta ruta que más tarde sería utilizada en numerosas ocasiones para subir otros cerros de la zona. Para sorpresa de los expedicionarios, al llegar a la parte superior del Gran Salto encontraron restos de herramientas utilizadas por antiguos mineros, quienes seguramente habían llegado a la zona en busca del gran yacimiento que según una antigua leyenda debía encontrarse allí. Como dato anecdótico de esta expedición, cabe señalar que los montañistas fueron acompañados por el legendario arriero Exequiel Ortega, quien con el tiempo se convertiría en uno de los favoritos de los grandes montañistas de la época, que lo llamarían con cariño "Onquelo", bautizando incluso una montaña con este nombre. El ascenso fue llevado a cabo a través del filo oeste sin mayores dificultades técnicas, pero sí, como era habitual en las grandes excursiones de esa época, con un gran esfuerzo físico que obligó a los excursionistas a pasar grandes penurias. Debido a la presencia de penitentes y a lo largo de la jornada de cumbre, fueron obligados a pasar una "noche triste" en el glaciar cuando estaban de regreso a su campamento. Según el relato de Walz, además de casi congelarse durante la noche, sufrieron de las más extrañas alucinaciones. Felizmente lograron soportar la altura y el frío de una larga noche y pudieron llegar sin problemas hasta el campamento donde los esperaba el fiel "Onquelo". Luego de regresar al campamento base, según relata Krückel, los expedicionarios se toparon con un grupo de mineros preparados para subir por la misma ruta. De forma inexplicable para ellos, estos mineros iban armados, lo que sólo se podía entender como un signo del interés por defender la posesión de algún tesoro encontrado en las alturas. Con el tiempo, los mineros abandonaron estas actividades en la zona dejando algunos restos de sus esfuerzos y leyendas.
Además de la ruta del primer ascenso, que transcurre por el margen sur del glaciar Risopatrón, existen 2 rutas más conocidas a la fecha. Una de ellas transcurre por la canaleta Oeste y fue abierta por César Vásquez (CL) y Esteban Siqués (CL) en 1959. La otra ruta fue abierta por Jozsef Ambrus (HU) y Jorge Pérez (CL) en 1965 y sigue la arista Noroeste del cerro. Por su parte, por la vertiente argentina, a la fecha, no se conocen rutas a la cumbre de este cerro.
Referencias