Pablo Squella
Posted on 02/09/2016
En los esfuerzos por hacer conservación, nos encontramos con una gran piedra de tope: el dinero. En Chile, los recursos que son destinados por el Estado y otras entidades son escasos en relación a otras áreas como puede ser los temas sociales, económicos y/o culturales. Si se mantienen los ánimos por conservar, ¿de dónde obtener recursos para proteger, manejar y cuidar los lugares que como deportistas disfrutamos día a día?
Como miembro de la asociación SinHuella he tenido la oportunidad de estar presente en diversas instancias relacionadas al tema de la conservación y cuidado de los ecosistemas en lugares donde se practican los deportes al aire libre. Una de ellas ha sido participar de una jornada de capacitación en manejo y conservación de zonas de escalada junto a la organización norteamericana Accesfund. En dicha jornada, además de aprender temas técnicos específicos relacionados al manejo propiamente tal, discutimos la importancia que las organizaciones locales, el sector privado y las ONG´s tienen en el rol de la conservación.
En Chile, el rubro relacionado a la venta de equipo y ropa para realizar actividades outdoor crece de forma exponencial año a año, teniendo facturaciones anuales cercanas a los US$200 millones. Sin embargo, las empresas en Chile que están destinando parte de sus utilidades para fomentar proyectos de conservación son escazas. Dado que dichas compañías venden productos para ser usados en lugares naturales ¿No suena lógico que estas deban asumir parte de la responsabilidad en asegurar la conservación de dichos ecosistemas?
Este tipo de iniciativas beneficiaría a todos. Por una parte, se crearían fondos para poder realizar proyectos de conservación y manejo de los lugares donde practicamos nuestros deportes favoritos, preparando cerros y bosques para el gran flujo de visitantes en las zonas más populares. Además estas instancias de conservación nos permite adelantarnos en prevenir las problemáticas silenciosas que vemos cuando vamos a la naturaleza, como lo son la erosión, la basura, la tala de bosque para hacer fogatas, incendios, compactación, ausencia de senderos claros, entre otros.
En cuanto a las empresas, con estas medidas estarían incorporando un valor social y ambiental que favorece su imagen, lo que funcionaría como una estrategia de marketing, sobre todo si su rubro está relacionado al mundo outdoor. Esta tendencia no es algo nuevo y en Norteamérica, las marcas ya están utilizando esta medida, como por ejemplo Patagonia, que anualmente dona cerca de US$ 6,2 millones en proyectos de conservación relacionados a las actividades outdoor en todo el mundo.
Como amantes de la naturaleza y como consumidores de insumos outdoor, podemos preferir aquellas marcas que se hacen cargo de sus externalidades generadas en los espacios naturales, y a través de nuestro poder de compra, orientar a las compañías outdoor para que se metan la mano al bolsillo y pongan de su parte en esta problemática que crece día a día y que en la que cada uno de nosotros debe aportar con su granito de arena.
Más información sobre la ONG SinHuella en:
Página Web: http://www.sinhuella.org/
Página Facebook: https://www.facebook.com/ongsinhuella/
Ingeniero Forestal de profesión. Escalador y amante de la flora y fauna. Dedicado a tratar de generar armonía entre hombre y naturaleza. Encargado de proyectos de terreno y miembro de directorio de la Asociación SinHuella.