Presentación

A escasos minutos de la ciudad de Santiago, el Cortadera es otra de las buenas alternativas que ofrece la capital para subir cerros por el día. Accesible durante todo el año, en invierno sus laderas amplias y suaves se convierten además en un escenario muy apropiado para la práctica del esquí de randonnée. Se encuentra ubicado justo en el límite de lo permitido, puesto que la vía más directa para ascenderlo principia muy cerca de la entrada a la mina Los Bronces, que hacia el Norte, clausura el acceso a un enorme valle cordillerano que, pese a contar con atractivas cumbres y rutas, se ha mantenido por años vedado a los excursionistas.

Desde la cumbre del Cortadera no sólo es posible admirar muchas de las montañas de los Andes centrales chilenos, que van desde el cercano grupo del Plomo hasta el cerro Marmolejo; sino que además, se puede apreciar la contaminada nube gris que cubre Santiago y cómo la mina Los Bronces parece ir ganándole terreno a las montañas. Desde sus alturas es también visible el tranque de relaves de la mina, que a la distancia parece hermoso e inofensivo.

El nombre del cerro, muy frecuente en los Andes centrales de Chile, aparentemente fue dado por los arrieros del sector, en referencia a sus escarpadas laderas orientales, que parecen “cortadas” sobre roca. Con cierta frecuencia el cerro también es llamado Alto Hotel, sin embargo, esta denominación correspondería a la siguiente cumbre en el filo hacia el Norte, a cuyos pies antiguamente existía un "hotel" para alojar a los trabajdores de la mina. Esta toponimia corresponde a la que muestra la carta de Lliboutry de la zona.