Presentación

El cerro Castillo es tal vez uno de los cerros más míticos de la cordillera central de Chile. Lo es porque se trata de una montaña visible desde muchas partes, que llama mucho la atención por su gran pared norte, pero que cuenta con escasísimos intentos y aún menos ascensiones. A pesar de encontrarse relativamente cerca (no muy lejos de unos de los cerros de altura más visitados y conocidos del Cajón del Maipo, el volcán San José) su acceso, y el de su hermano menor el Manchado, no son fáciles. Las pocas expediciones que se han acercado a él lo han hecho pasando a Argentina por el paso de Nieves Negras, descendiendo por el arroyo del mismo nombre y luego volviendo a ascender por el arroyo Colina (un poco más al sur, en territorio chileno), lo que permite aproximarse bien a su gran pared norte. El cerro además presenta una difícil pared de aprox. 1000m de desnivel por su cara norte, visible desde Chile, pero dentro de territorio argentino. Por su parte, la cara sur, visible desde Argentina, pero en territorio chileno, es aún más abrupta y no se registran intentos de ascenso por ella.

Esta cumbre fue conquistada por primera vez recién en el año 1953 por un grupo de montañistas liderado por el miembro del DAV Santiago Ludwig Krahl. Aparte de Krahl, el grupo estaba conformado por Sergio Kunstmann, Ernesto Hoffmann y Eduardo Meyer (no confundir con el socio del DAV Eberhard Meier). Según el relato de la ascensión (ver ref.), tras tres días de asedio lograron alcanzar esta esquiva cumbre. Ludwig Krahl, tal vez uno de los más grandes montañistas que ha tenido Chile, ya era un veterano en esta montaña. Había hecho intentos infructuosos en los años 1943 y 1945. De esos intentos había regresado con la primera cumbre del vecino Manchado desde donde había fotografiado al Castillo. En una de estas fotos es posible ver una gran aguja en forma de roca que él bautizó como "la mano que ataja", el punto más alto que había conseguido alcanzar en sus primeros intentos. Otra anécdota notable de la hazaña realizada es que el grupo de montañistas usó material de escalada confeccionado por ellos mismos, entre el que se encontraban estacas de madera de hasta 60cm, estimadas necesarias para superar el material friable de la pared. Mosquetones y clavos, incluyendo algunos de expansión, completaban el equipo. Esta ascensión y preparación previa, que incluyó la primera ascensión a la Punta Zanzi y una ascensión al Aparejo, se consideran como el punto de partida de la escalada artificial en Chile (1).

Además de esta ya mítica expedición existe un escalador que asegura haber alcanzado esta cumbre. Sería el alemán Jurgen Straub, quien además habría logrado esta hazaña en solitario (2). Finalmente, recién el año 2009, 56 años después del primer ascenso, un grupo de tres montañistas del DAV Santiago, formado por Darío Arancibia, Ralph Jaiser y Felipe González Donoso, alcanzaría esta cumbre en una maratónica jornada, que no incluyó un campamento intermedio.

Notas

(1) Respecto al mítico perro que acompañó a la expedición vale la pena precisar que éste no participó de la primera ascensión del Castillo, aunque sí participó en la ascensión de un cerro vecino (de 5000m) 5 días después de que el grupo ascendiera el Castillo.
(2) No hay evidencia al respecto y esta información se basa en declaraciones del mencionado montañista.

Referencias 

• Kunstmann, Sergio. Ludwig Krahl. Revista Andina 1995-1999. Club Alemán Andino (pág. 135-136).
• Echevarría, Evelio. Temporada de Andinismo en Chile. Revista Andina N°79, Club Andino de Chile, 1953 (pág 16).