Presentación

Ubicado en la región de Magallanes, el Parque Nacional Torres del Paine no sólo goza de una extendida fama por sus atractivos naturales de magnífica belleza, sino que además es escenario de una de la zonas mundialmente más reputadas para la práctica de la escalada de grandes paredes y montañas de dificultad.

Enclavadas en el corazón mismo del mencionado parque, las Torres del Paine son el principal atractivo de los circuitos turísticos que recorren sus entrañas. Se encuentran alineadas de norte a sur, entre los valles del río Ascencio al norte y el casi desconocido valle Bader que lo acota meridionalmente, siendo sus principales accesos a sus caras oeste y este el valle del Silencio y el valle desde donde se accede al glaciar de las Torres, respectivamente; ambos pequeños cajones morrénicos que se escinden del valle del Ascencio.

La formación de estos bellos obeliscos de granito data de aprox. 12 millones de años, a causa de una intrusión de magma que produjo un levantamiento de la superficie sedimentaria. Posteriormente, durante la última glaciación (producida aprox. 14.000 años atrás), se cubre de hielo gran parte de la montaña, lo que erosionó y pulió gran parte de ésta, deviniendo finalmente en las en las anfructuosas cuencas y torres que conocemos hoy.

Toponimia

La Cordillera del Paine fue denominada por sus primeros cronistas como Sierra Baguales, nombre dado por los baqueanos de la zona en razón de las manadas de caballos salvajes que existían en el lugar. Hoy aquel topónimo aun es conservado para denominar a un pequeño cordón que se extiende en el límite nororiental del parque, al que los antiguos indígenas llamaban carhuerne (muy antiguo).

La denominación de Paine, que en lengua Aónikenk significa azul, quizás en referencia a los colores que predominan al observar la cordillera desde la lejaní­a; vino a imponerse posteriormente, como modo de rescatar el nombre original utilizado por los indígenas.

Historia deportiva

El primer acercamiento con fines deportivos de los cuales se tenga registro data de la década del cuarenta, cuando dos alemanes, Rudolf y Werner, intentan escalar la Torre Central desde el collado que une ésta con la Torre Sur.

Su primer ascenso es un digno exponente de las mejores historias patagónicas. En 1963 se dieron cita en su base dos de los más capaces grupos de escaladores de aquel momento; por un lado los británicos, encabezados por los eximios Chris Bonington y Donald Whillans; y por el otro, el grupo de Monza del Club Alpino Italiano, con el gran Armando Aste de Rovereto a la cabeza. Ambos grupos intentando la arista norte. Los ingleses toman ventaja en una ventana de buen tiempo escalando en dos cordadas; una abriendo la ruta (Bonington y Whillans) y la otra (Streetly y Bray) retirando el equipo para retrasar el avance de los italianos que escalaban ya muy cerca de ellos. Finalmente, aquella diferencia se torna irremontable y los ingleses alcanzan la cima el 16 de enero de 1963, mientras que los italianos sólo se limitan a firmar la segunda ascensión un día después.

Hoy aquella ruta (Bonington-Whillans) es considerada como la vía normal, siendo graduada como 5.11- A1. Por otra parte, la primera ascensión femenina a la torre fue realizada por la italiana Ginella Paganini quien junto a Ermanno Salvaterra coronan la cumbre el 5 de noviembre de 1987, mientras que el primer ascenso chileno fue obra de Andrés Zegers, quien junto a Steve Schneider repiten Rosso Di Sera el 19 de febrero de 1998.

A parte de la ruta por la cual los ingleses, y posteriormente los italianos, realizan la primera y segunda ascensión respectivamente, la Torre Central del Paine cuenta además con diversas vías en sus diferentes paredes y aristas:

Cara Este

• Insumisioa, por los españoles Raúl Melero, Mikel Saéz y Xabier Urdanoz (enero de 1994) 1000m 5.10b/c A4.

• Riders on the Storm; los alemanes Bern Arnold, Kurt Albert (23 de enero de 1991) y Wolfgang Gülich y Peter Dittrich (un día después). ABO 36 largos, 1100m 7c A3.

• Magico Est; por los italianos Maurizio Giarolli, Ermanno Salvaterra, Elio Orlandi (31 de octubre de 1986), ED+ 1000m VII A3.

• El Regalo de Mwoma; por los ingleses Paul Pritchard, Sean Smith, Noel Creaine, Simon Yates (16 de enero de 1992) ABO 5.10 A4.

• Diedro de los Sudafricanos, Michel Scott y Richard Smithers (21 de enero de 1974). ED+ 1000m VI A4.

• Un Fina Línea de Locura, por los argentinos Teo Plaza, Ramiro Calvo y Diego Luro (8 de enero de 1993) ED+ 1300m VII A3.

• Golazo, los estadounidenses Steve Schneider y Christain Sentileces; los últimos 11 largos y cumbre por Schneider solo (febrero de 1999) , ABO 1200m VI, 5.10 A4+.

• La Ballena de los Vientos, el argentino Sebastián de la Cruz, los estadounidenses Eric Brand y Steve Hayward y los españoles Jon Lazcano y José Carlos Tamayo (24 de noviembre de 1991) ED+ 900m 5.10b A3+.

• El Gordo, el Flaco y el Abuelito, por los italianos Fabio Leoni, Elio Orlandi y Rolando Larcher (7 de febrero de 2008), 23 largos graduados de 1250m 7a+ A3+.

Cara Oeste

• Kanterarik Ez, los españoles Jon Lazkano y Kike de Pablos (27 de enero de 1991), 700m 6c A3.

• Wild Wild West, por los estadounideneses Jan Smith y Scott Cosgrove (7 de enero de 1990) 700m 5.11+ A3.

• Rosso di Sera, por los italianos Mario Mánica, Fabrizio Defrancesco y Fabio Stedile (2 de enero de 1986) 700m VII A3.

• Delle Mamme, por los italianos Bruno de Dona, Carlo Barbolini, Angelo Pozzi, Alberto Rampini y Mario Vighetti (15 y 16 de noviembre de 1992) ED+ 5.10b A3+.

• Antxon Eta Gaiska, por los españoles Andoni Areizaga, Josetxo Rodríguez, Gerardo Telletxea y Martín Zabaleta (febrero de 1998) 5.10d A2.

• Ragni di Lecco, por los italianos Marco Ballerini, Carlo Besana, Renato Da Pozzo, Norberto Riva y Dario Spreafico (24 de diciembre de 1986) 5.9 A3.

• Kearney-Knight, por los estadounidenses Alan Kearney y Bobby Knight (2 de enero de 1982) 800m VI A3.

Referencias

• Buscaini, Gino y Metzeltin, Silvia (2000) "Patagonia, tierra mágica para viajeros y alpinistas", edición Desnivel (pág.286).
• Cuadernos Patagónicos
• Moreno, Mario, "Toponimias del Sur del Mundo", Vega Editores (pág.49).
• Revista Desnivel