Presentación

El cerro de Doña Ana es la tercera cumbre más alta de la IV Región -ubicada en la zona del cordón de Doña Ana, valle del Elqui- después de su gran vecino, el Tórtolas, que supera la barrera de los 6000m de altitud. La expedición, que se inicia al comienzo del estero Los Tilos, transcurre con dirección noreste por la quebrada del mismo nombre, mostrando en su recorrido un paisaje de gran contraste de colores, derivado del verde de la vegetación presente en el lugar y los tonos café y gris, propios de esa zona semi desértica del país. El solo hecho de internarse por este largo cajón es una aventura en sí misma, bordeando un zigzagueante -y muchas veces congelado- estero, ganando altitud en forma casi imperceptible, acompañados -en algunos tramos- de la muda presencia de curiosas vicuñas.

El cerro Doña Ana aparece al segundo día de avance y sus 5648m de altitud son un reto interesante para quienes deseen intentar su cumbre, de un grado de dificultad técnica baja, pero que no debe ser subestimado en ningún caso, ya que fuertes y muy heladas tormentas se dejan caer con frecuencia, y la salida o escape del cajón dista bastante de ser rápida.

Existen -además- varias cumbres aledañas a esta escondida montaña, las cuales superan en algunos casos los 5000 metros y otras menores que se van presentando conforme se asciende por el cajón, las que ofrecen la posibilidad de breves excursiones, pero que de igual manera permiten un contacto privilegiado con el maravilloso entorno que rodea al Norte Chico.


Primeros ascensos

El primer ascenso "moderno" al Doña Ana corresponde a uno de los registros más antiguos de ascensiones post-incaicas que existe en Chile. En 1870 fue ascendido por el párroco de Vicuña, padre Sagüez, acompañado de Angelino Castro. En su cumbre hicieron una excavación y encontraron figuritas de hueso y plata, evidencia clara de que los pueblos nativos ya había ascendido el cerro con propósitos ceremoniales.

El segundo ascenso registrado a este cerro es el realizado por los andinistas Federico Scheffer, Jorge Cariola y Alberto Cariola en 1953. Las tarjetas dejadas como testimonio de su ascenso fueron rescatadas por Emilio Vicens y Oscar González en 1956. Vicens y González se encontraban realizando una expedición con fines arqueológicos al cerro.

Referencia

• Vicens, Emilio (1956). Alta Cordillera de Coquimbo. Revista Andina N°83, 1956. Club Andino de Chile (pág. 7-10).